Cierre de 180 camas en el área sanitaria de A Coruña: un recordatorio de los derechos vulnerados en nuestra sanidad

Hace apenas unos días se ha hecho público que el SERGAS cerrará hasta 180 camas este verano en el área sanitaria de A Coruña-Cee. Este cierre afectará a servicios clave como traumatología, cardiología, hematología y medicina interna, y obligará a reprogramar cientos de intervenciones quirúrgicas y retrasar ingresos hospitalarios necesarios.

Este tipo de decisiones, lejos de ser meros ajustes de planificación, tienen un impacto directo en los derechos de los pacientes. Detrás de cada cama que se cierra hay personas que ven cómo sus esperas se alargan, su atención médica se retrasa y su salud se pone en riesgo.

El derecho a una sanidad pública de calidad y las reclamaciones posibles

La Constitución Española (artículo 43) reconoce el derecho a la protección de la salud. La ley obliga a la Administración a prestar un servicio sanitario adecuado, y cuando una deficiencia —como un retraso injustificado en un tratamiento o intervención— causa un daño real al paciente, la ley reconoce el derecho a ser indemnizado.

Eso sí, no cualquier retraso da lugar a indemnización. Los tribunales exigen que se cumplan tres condiciones:

  • Que exista un daño efectivo y concreto para el paciente.

  • Que haya una relación directa de causa y efecto entre el retraso y ese daño.

  • Que se pruebe un funcionamiento anormal del servicio, sin que se pueda justificar por causas ajenas al propio sistema sanitario.

¿Qué puedes hacer si has sufrido por las listas de espera?

En Batlle & Seoane Abogados defendemos que el primer paso es informarse y actuar. Si tú o un familiar habéis visto vuestra salud perjudicada por un retraso en una operación o tratamiento, es importante:

– Documentar bien el caso (informes médicos, comunicaciones del SERGAS…).

– Consultar con un abogado especializado para valorar la viabilidad de la reclamación.

– Ejercer el derecho a reclamar, que es también una forma de defender la sanidad pública.

Porque reclamar es un derecho, y porque detrás de cada cifra hay personas.

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